martes, 17 de agosto de 2010

En casa!!!!

Ya estamos en casa y en la rutina...Y esto supone la muerte de este blog...muerte de éxito, porque el viaje llega a su fín.

Gracias a los que nos siguieron día a día.

Un abrazo a todos...

Nos vemos en cualquier sitio.... ¿cuál será el próximo viaje?

Great EGGSpectation y el Chino, chino



Lo prometido es deuda...

domingo, 15 de agosto de 2010

Volver

El viernes iniciamos la vuelta:
  • Viernes: 150 km en coche desde Mont-Tremblant a Montreal, donde devolvimos el coche alquilado en perfectas condiciones.
  • Viernes-Sábado: 700 km en bus, durante toda la noche, hasta Toronto.
  • Sábado: Últimas compras, visitas y noche en Toronto.
  • Domingo: Vuelo de Toronto a Madrid.
Una vuelta que nos llevará todo el fin de semana, pero que en medio nos ha dado tiempo de tomarnos un desayuno "a lo canadiense" e ir a cenar con Linda y Irene (nuestras amigas de Toronto) a un auténtico restaurante chino (lleno de chinos).
Por ahora no me he descargado fotos ni del desayuno, ni del chino pero en cuanto lo haga, las subo al blog.

Como diría la Dirección General de Tráfico "Volver es lo importante".

Mont-Tremblant

Mont-Tremblant es conocido fundamentalmente por sus pistas de esquí, es una de las mejores estaciones de esquí de Norteamérica. La estación está a unos 3 km del pueblo de Mont-Tremblant y da la impresión de ser una réplica de un pueblo suizo.
Sin embargo, para nosotros, lo mejor de Mont-Tremblant es el parque nacional. Un inmenso parque en el que puedes recorrer en canoa 6 ríos diferentes y 400 lagos. Entre la infinidad de senderos y caminos para recorrer dentro del parque nosotros hicimos 2. El primero es un sendero de 5 km entre la sombra de los arces (el árbol nacional), cruzado por arroyos y que tiene un desnivel de unos 200 metros, la subida es bastante pronunciada y te hace sudar pero el final merece la pena, una espectacular panorámica sobre el lago Monroe (la podeis ver en el video de abajo).
El otro es un paseo hacia la cascada que forma el río Diable, desde luego no son las cataratas del Niágara, pero se puede ver bastante de cerca y merece la pena.
Por la noche nos acercamos al FestiJazz en Saint Jovit, otra parte de Mont-Tremblant y por la noche nos quedamos a dormir en el albergue internacional donde pudimos volver a conectarnos al mundo y a internet después de 3 días en medio del bosque. En el albergue te dan la opción de dormir en un tipi pero dejamos pasar la oportunidad...

La loutre



Pasamos tres días en medio del bosque de La Macaza, sin internet ni cobertura en el movil, en definitiva, un rincón tranquilo del mundo, sin ruidos ni prisas.
Nuestra principal ocupación durante tres días, fue salir a remar en la canoa, hacer el fuego para la cena y, por supuesto, intentar retener todo ese verde, todo ese lago, todo el paisaje para siempre.
Algo nos llevamos de La Macaza y algo se quedó de nosotros en La Macaza.
El alojamiento era sumamente espartano, un "rustic shelter", una medio cabaña sin agua potable, ni electricidad pero con algunas comodidades, colchón, lámpara de propano y un apaño de nevera (un armario plastificado en el que podías meter un bloque de hielo), el nombre de nuestra cabaña, "La Loutre".
En tres días nos dió tiempo a conocer el lago y remar junto a los "loons" una especia de patos que emitían unos ruidos muy curiosos. También hubo tiempo de aventurarnos por el río, pero no duró mucho porque una barrera de troncos nos lo impidió.
En definitiva, paramos el ritmo urbano y nos dedicamos a disfrutar del entorno único.
Realmente, en la Macaza hay un pedacito del paraíso.

jueves, 12 de agosto de 2010

Quebec


Quebec es quizá la ciudad con más historia e historias de Canadá, una hermosa ciudad amurallada en lo alto de una colina.
Lo peor, los turistas, lleno de turistas como nosotros.
En la foto podéis ver la ciudad alta. El edificio que destaca es el que posiblemente sea el hotel más fotografiado del mundo "Chateau Frontenac", donde se decidió el desembarco del Día D, estando alrededor de una de sus mesas Churchill, Roosevelt y Mackenzie King; cuentan las malas lenguas que la estrategia se dibujó en servilletas que olvidaron encima de la mesa, años más tarde las devolvió uno de los camareros.
Esta ciudad que resulta ser todo un polo turístico, tiene una de las calles más estrecha de norteamérica, que tampoco es mucho decir porque aquí las calles suelen ser muy muy muy anchas.
Los quebequois aún conservan, como uno más de sus parques, el campo de batalla donde combatieron ingleses y franceses, esta ciudad es muy francófila pero toca decirlo, esa batalla, la ganaron los ingleses...una vez más.
Una vez más hicimos nuestra ya clásica visita al mercado, donde nos aprovisionamos de víveres para los siguientes tres días de naturaleza sin supermercados y ya de paso nos devoramos una especie de quiche-pizza pa chuparse los dedos.

Trois Rivières


Un alto en el camino, Trois Riviere. Hicimos una parada a medio camino entre Montreal y Quebec, que nos sirvió para descansar un poco del ritmo turístico de los últimos días.
El albergue como veis en la foto estaba muy bien, una casita más del pueblo, de este pueblo que aunque no diga grandes cosas es la segunda ciudad más vieja de norteamérica, después de México D.F.
Dormimos unas 10 horas seguidas, estábamos extenuados y fue el primer día en muchos que no nos dolían los pies, todo un descanso...Por cierto, el nombre del pueblo es una estafa, solo hay dos ríos.